Conocí
a los chicos de Augusta Bilbilis en una feria de vino allá
por el 2014. Buena gente, además uno de ellos estudió donde lo estaba haciendo yo. El
ambiente era el típico de las ferias de vino españolas: gente fuera
de sí, desencajada, cogiendo la copa por el cáliz y no por el
cuello...un desastre. Y los profesores/as a la altura. Allí caté dos de sus vinos recién premiados y años después
vuelvo a encontrarme con uno de ellos: su Garnacha con
crianza.
Nota de cata: Capa alta y densas lágrimas. Nariz
que tarda en abrirse pues me lo recién descorcharon en un famoso bar de vinos de Torrero. No puedo decir nada al respecto. En boca, entrada
dulce y potente. Boca con mucha fruta,
voluminosa, con potencia como en los buenos Calatayud.
También hay sitio para los toques propios de barrica (8 meses en
roble francés), en este caso torrefactos y cacao. Final casi
ardiente (14'5 % de contenido en alcohol) pero largo y con una sutil
estela mineral.
Atentos/as
a esta pequeña bodega de Mara (a 17 km al sureste de la
ciudad de Calatayud), provincia de Zaragoza, porque está haciendo
las cosas bien. Varios reconocimientos y medallas abalan el trabajo
de Jose Antonio Ibarra y compañia. Pura garnacha extrema que se
mueve, en mi opinión acertadamente, en torno a los 13 euros y
hará un buen papel frente a los grandes asados de la cocina
aragonesa.
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